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En la sombra que cae,
fría, quieta, sin fin,
tu carta llegó,
y el mundo se detuvo.
No la esperaba,
no la pedí,
pero tus palabras
rompieron mi piel.

La noche se arrastra,
la vela se apaga,
y en las paredes,
tus letras se clavan.
¿Por qué escribiste?
¿Por qué ahora?
El tiempo se quiebra,
y yo me desangro.

Mi corazón, muerto,
late de repente,
como un ave atrapado
en una jaula, sin vuelo.
El camino se tuerce,
el futuro se esconde,
y en la oscuridad,
algo nuevo nace.

Las sombras me llaman,
sus canciones me envuelven,
y en una melodía fría,
encuentro mi camino.
No esperaba tu respuesta,
pero aquí estoy,
perdido, roto,
vivo.

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