Perdiendo tiempo

En la luna del reloj, el tiempo se burla con su constante avance, recordándonos que cada segundo es un ladrón silencioso de momentos. Nos desafía con una pregunta, «¿por qué estás perdiendo tiempo?», y nos invita a considerar cómo nuestras acciones, o la falta de ellas, definen lo que dejamos detrás de nosotros.

El reloj, con su ritmo incesante, es un guardián severo del tiempo. Nos enseña que vivir el día no es simplemente horas y minutos que pasan, sino una colección de oportunidades aprovechadas y perdidas. Cada tic tac es una invitación para  caminar un día más, una invitación a vivir con fascinación y encanto.

Sin embargo, el tiempo también es un compañero que perdona, ofreciéndonos la posibilidad de corregir. Aunque nos reprende por los instantes perdidos, siempre nos brinda la próxima hora, el próximo minuto, para empezar de nuevo. Abrir los ojos a una nueva posibilidad. Nos alienta a perseguir nuestros sueños con la promesa de un nuevo amanecer.

Así, el reloj no solo mide el tiempo, sino que también mide nuestra voluntad de aprovecharlo. Nos desafía a responder a su pregunta no con palabras, sino con acciones. «¿por qué estás perdiendo el tiempo?». Que nuestra respuesta sea una vida vivida con emoción, donde cada momento cuenta y cada segundo es aprovechado intensamente y sin culpa.