¿Qué dirección tienes? ¿En dónde te encuentras en este momento? ¿Dónde quieres estar mañana?
Es importante que sepas la dirección que tienes y definir lo que quieres. Mientras más claro tengas lo que quieres más fácil será definir el rumbo que debes tomar.
Lo más importante de todo es mantener la dirección correcta y no cambiar el rumbo. En el momento en que te distraes o te descuidas te alejas de lo que quieres y te va a costar mucho esfuerzo recuperar. Mantener el rumbo correcto es lo que demanda más atención de tu parte.
Cuando logres lo que te propones vas a darte cuenta que vale realmente la pena.