Es fácil evadir a un cliente echando la culpa a otro departamento o a otra persona. Es fácil decir que «no es mi asunto» y seguir con tu trabajo. Muchas veces tu trabajo es hacer que tu cliente se sienta bien, y para eso hay que resolver asuntos que no son tuyos, pero son asuntos del cliente con tu empresa, y tú estás dentro de esa empresa.
Desde el punto de vista de tu cliente, al ser parte de la empresa el problema también te compete.
Piensa por un momento como si fueras ese cliente, y si no tienes la información, averigua quién puede resolver el problema que tiene tu cliente.