Para motivarte (primero) o motivar a otra persona (después) tienes dos recursos muy útiles. Uno es el conocimiento y otro es la inspiración.
No son caminos excluyentes, no es que si tomas el camino del conocimiento no vas a seguir el de inspiración, o lo contrario, no, no es así.
Realmente son caminos que comparten muchos tramos y que juntos son realmente poderosos y muy interesantes.
Motivas a las personas con inspiración y también las motivas con el conocimiento.
¿Pero qué pasa si solo usas una?
Dejas de utilizar todo el potencial que tiene esta asombrosa combinación.
Si solo es inspiración, vas a tener frases, palabras, imágenes, videos que sirven por 10 o por 15 minutos. ¿Vale la pena? Por supuesto que sí. ¿Pero que pasa luego de esos 10 o 15 minutos? Esa es la pregunta más importante.
Muchas personas se motivan por inspiración y eso es más que suficiente en ciertos casos.
El conocimiento es algo que dura más tiempo, puede ser meses o años, muchos años. Así de efectivo es el conocimiento, pero si lo usas por sí solo no le sacas el máximo provecho.
Por eso es de suma importancia que sepas combinar el conocimiento con la inspiración.
Y la primera persona a quien tienes que motivar es a ti mismo.
Entonces ¿qué conocimientos adquieres diariamente y con qué inspiración alimentas tu motivación todos los días?