Piensa en lo que es bueno para tu cliente. Es el único camino, ofrécele eso al mejor precio o con la experiencia más exclusiva. En ese momento tienes una fórmula ganadora dónde el éxito está en mantener las actividades correctas para seguir brindando lo mismo a tu cliente en el tiempo.
Piensa en lo que le falta a tu cliente.
Piensa en lo que competencia no ofrece.
Piensa en los segmentos del mercado que no son atendidos.
Piensa en un segmento exclusivo del mercado.
Piensa en cómo hacer masivo tu producto o servicio.
Piensa en cómo hacerlo escaso.